Nostalgia

Nostalgia
Fotografía: Pablo Palma M.

Karina

"Cuando la vida lo desea, el amor encuentra nido y se queda, florece..."

¿Quién soy?

Mi foto
Mi vida entre lo claro y lo oscuro; entre la vida y lo que no lo es, sin llegar a ser la muerte...

Cántico del mar

Canta ¡oh sirena! La melodiosa letra
De esta historia.
Ilumina, bella creación divina,
Esta tinta y dale vida a
Mi inspiración nocturna,
Para que guíes con tu melodía
El camino de esta historia:

Verano caliente,
En ardiente paisaje rodaba
Un camino de cierto polvoraje.
Aún con el sol mirando a la tierra,
Era hermoso ese paisaje,
¡cómo olvidar esas flores!
Envidiosas de la apariencia del
Soberano del cielo.
¡cómo olvidar los árboles y sus frutos!
A paraíso perdido habían llegado mis pasos.
El cielo de velo vestía
Y mi mirada se perdía
En su profundo telar sin mancha
De nube alguna.



Buscaba yo el mar,
hondo tesoro de profundas aguas,
para encontrar mi alma
en sus saladas notas de caprichosas olas.
Seguí mi destino
y cuando me detuve un momento,
Encontré tres rosas,
Cada una con espinas.
Una era amarilla, la otra
Azul y la última roja.
Y me perdí en la primera,
Buscando recordar que fue de aquella,
De amorosos labios y
Hermosa cabellera,
Cual oro fino que iluminaba mi existencia.
¡Cuánto la amaba!
Pero mi lengua del silencio se hizo dueña.
Y ella salió de mi vida,
Dejando sueños rotos y largas heridas.
Quité mi vista de la dorada vida
Y fije mis pupilas en azul rosa,
Única en la vida, tan solo de ella
Hermosa fragancia salía.
Entonces cerré mis ojos
Y recordé su belleza,
En sus ojos yo podía ver el mundo,
Con ella yo vi las estrellas.
Su danza perfecta
recordaba mi existencia,
¡cómo bailan las olas y las arenas!
Pero un día, el ángel de ojos oscuros
Y de negra lacia cabellera,
Me dijo con su mirada:
“No te amo”
y ciego quedé, despertando
de noche tan perfecta.
No pude más que soltar lágrimas,
Y una cayó sobre ella,
Rodó en sus pétalo y olvidé su existencia.
Por eso, vi la tercera,
Roja piel intensa,
Espinas grandes tenía ella
Pero su hermosura era eterna.
Fuerte y bella, esa es ella,
Quien me enamoré un invierno
De grises sueños y tapadas estrellas.
Su mirada me cegaba,
Solo existía para ella.
No quería amar pero mi corazón insistía
¡que vanidad la del amor!
Y nunca llegó la primavera.
Me quedé en invierno,
Pues su mirada a otro pertenecía
Y yo tan solo pertenecía a ella.
Lloré sangre y roja se volvió mi vida.
Quite mi mirada y olvidé a las rosas,
Tratando de encontrar mi alma
En las caprichosas olas.
Eran llegados mis pies a la arena,
El profundo mar al frente se encontraba,
Yo en silencio gritaba,
Queriendo limpiar mi vida,
Olvidando como se ama.
El mar me llama, pide que regrese a mi casa,
Es su profundidad una con mi alma.
Entonces una sonrisa solté con mis lágrimas,
Y regresé donde pertenecía,
Volvió a nacer la calma.
Y de nuevo escuché
el canto de las sirenas,
hermosa melodía, del viento
el deleite y de la luna presente,
la llama de amor por esta tierra que clama.

...Y entonces me perdí entre las olas
y volví a ser el mar en calma.