Nostalgia

Nostalgia
Fotografía: Pablo Palma M.

Karina

"Cuando la vida lo desea, el amor encuentra nido y se queda, florece..."

¿Quién soy?

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Mi vida entre lo claro y lo oscuro; entre la vida y lo que no lo es, sin llegar a ser la muerte...

Más de mil palabras de amor y soledad

I

Cuantas hojas más escribiré hoy,
De aquella mujer que me dejo en un lecho destruido,
Que sin escrúpulos, dejo ir mi corazón al vacío.
Donde está esa asesina, donde se encuentra
Esa dama tan admirable y criticada,
Aquella que sonríe a la vida,
Esa sonrisa de inocencia que esconde a otra.
Aunque sea villana, es mi vida,
Es mi alma, a ella le pertenezco,
No soy más que de ella,
Que me arrebato del viento que quería destrozarme,
Del sol que quería quemarme
Y de la luna, que quería que fuera su esclavo.
¿Quién tan bella?
No se compara ni con una rosa,
El girasol se duerme, la amapola
Se absorta y el jazmín cae.
Tan melodiosa es su voz que los jilgueros
Le aplauden, los ruiseñores le aman, los yigüirros le admiran.
¡ay amor que te hiciste!
¿Porque te fuiste de mi lado?
¿Acaso no soy tu lecho, tu cielo, aquel que daría la vida por ti?
¿Por qué me dejas?
No ves que la soledad juega conmigo,
Me arrastra, me hunde,
¿Por qué me haces esto vida mía?

II

Que calma toma mi alma,
Cuando me acuerdo de ti,
Aquella expresión bella,
De grandes y encantadores ojos,
Un mirar que hasta el mismo sol se sorprendería
De tan divino rostro y angelical mirada.
¿Dónde has dejado tus alas ángel negro?
Que robas corazones a los hombres
Pero que solo en mi, quedaste.
Tu eres esa rosa diferente,
En ese inmenso rosal,
Eres oveja negra, que alcanza escapar y conseguir
La preciada libertad,
Tú, amor mío, eres mi soledad,
Mi cielo, mi tierra, mis ojos, mi alma.
No hay nada que me haga olvidar de ti,
Ni siquiera la gran belleza de un atardecer.
No me puedo olvidar de ti,
Bellísima mujer, tan graciosa y poderosa,
Hermosa y cariñosa, tan sensible y amorosa
Mucho más que la rosa.
Oh vida mía,
¿Por qué me dejaste?
Me hundo en un agujero negro, llamado soledad,
Se viene a mi el temor,
Ese temor de no verte más.

III

Sentado tranquilo pienso,
¿Qué haces tú hoy?
¿Me estarás recordando?
¿Me habrás olvidado?
Viendo un atardecer recuerdo tu rostro,
Recuerdo mi soledad,
De como tu me conquistaste desde el primer día
que entraste a mi corazón.
Eras mi diario vivir, pues no hacía más
Que pensar en ti.
Que lindos esos días,
Tú al lado mío, cobijados de amor,
¿por qué no podemos repetirlo hoy?
Tu ausencia, la ilusión se llevó.
¡Ven querida mía!
Ven a ocupar tu espacio, que hace frío
Y el viento me asesina.
La nieve parece caer en mi, la tristeza encontró un lugar
Para descansar, en este verano,
La soledad me toma, me tira, porque para ella
Soy su juguete.
Oh vida mía, tú eres mi espada,
La que me defiende, la que me protegía en los días de frío.
Tu eres mi sed, mi hambre, mi voz,
Sin ti, solo hay dolor.





IV

Hoy que te recuerdo, tu espíritu lo siento conmigo.
Bella persona, ven a verme, ven a quererme,
Te necesito, si no te lo había dicho hoy te lo digo,
Tú que floreciste en mi pecho,
Tu que perfumaste mi corazón, acércate, que te necesito,
Te amo, te suspiro.
Solo menciono tu nombre,
Linda dama, ángel negro de mi vida,
Dame un beso, solo eso,
Porque como me has abandonado,
No te siento desde hace mucho tiempo, y mis mejillas están frías,
Sonrojadas y pequeñas, desoladas, llenas de tristeza.
Oh dulce destello, oh dulce estrella,
Ven a mi que te quiero, porque me ha cegado el mundo
por sus problemas, su dolor, su sufrimiento,
que tan solo contigo se olvidan.
Eres tan bella, que el mismo sol se esconde de vergüenza
de salir desnudo y sin gala, y la luna te envidia,
porque le has quitado el titulo de la más bella.
Si vienes a mí, nunca más te dejare ir,
Mira como estoy sufriendo,
Mira como me duermo,
Mira, me duele mi cuerpo de no admirarte,
Duele mi pensamiento al no olvidarte,
Me duele mi piel de no tocarte.

V

¿Por qué los momentos felices de la vida corren?
¿Por qué se van?
Acaso, ¿No habrá hechizo que pare el tiempo en los momentos
Más bonitos de la vida?
¿Por qué existe el dolor, la soledad y el sufrimiento?
¿Por qué crecer?
¿por qué no quedarnos como niños con la inocencia y la imaginación?
Oh bella dama, ¿por qué te has ido?
¿por qué has dejado tu lecho vacío?
¡Son tantos por qué!
Mira que estoy solo, mira que me hundo,
¿Acaso no te acuerdas de mi?
¿Acaso no recuerdas aquellos hermosos momentos?
Oh muchacha blanca de mis sueños
Quien con sus abrazos y besos,
Dejó enamorado este cuerpo,
Por que tu eres tan linda y hermosa,
Que no hay nadie en este mundo que se compare a ti.
Ni el atardecer más bello, ni el camino más lujoso,
Se compara con tus lindos ojos, con tus sonrojadas mejillas,
Con tu lindo caminar,
con tu melodiosa voz y tu implacable amar.
Ven, vuelve a tu camino que tiene a mi como destino,
Vuelve porque muero, muero y no te siento,
Me desintegro en el tiempo, en la soledad
Que me has dejado,
Quien sabe que te obligo a marcharte.
¿Acaso encontraste otro amor aparte de mi?
¿Encontraste otro lecho amoroso?
¿Existe alguien más que te ama y te quiere, que se muere por ti,
y que daría todo por volverte a ver, sentir y besar?

VI

Oh damita querida, aquí empieza mi despedida,
Rezo para que regreses,
Para que vuelvas a acariciarme,
para que vuelvas a amarme.
Te esperare por siempre de tu largo viaje,
Solo sueño verte llegar de nuevo,
Con vestido largo y detrás de ti,
Un atardecer de verano diciéndome:
-¡Amor mío, he regresado,
para sacarte de nuevo del dolor y de tu soledad,
nunca te dejaría otra vez!-
espero que no sea imposible,
porque sería para mi terrible no volverte a ver.
Me ahogo por ti en un mar de lágrimas,
Saladas como el mar, caprichosas como el viento.
Espero por ti bella dama, te espero en mi lecho,
Que vuelvas muy pronto,
Mientras yo aquí
te escribo más de mil palabras de amor y soledad
que ahora,
te las lleva el viento.

Verso

La locura de un verso,
Que perdió sentido
Cuando se dio cuenta que su belleza
Brotó absurda
Ante la luz de tu mirada…

La locura de un verso,
Que no supo admitir
Que tu belleza eclipsó la tinta
Con que fueron tejidas sus palabras…

Es la ciudad y te voy a olvidar

Es de noche.
Es la ciudad y te voy a olvidar.
Las calles vacías no hacen más que gritar… tu nombre les voy a deletrear. En ecos de concreto, mi alma se va a vaciar de tus recuerdos y mis ojos se cegarán en luces, mercurios y neones. Es la ciudad y te voy a olvidar.
¿Y qué me puedes pedir? Tan sólo soy un chico de la ciudad.
Mi memoria, inundada de ti, de tu aroma: esa piel que no se toca pero se siente; de esa memoria en calle mojadas, la quiero olvidar.
¿Te acuerdas de aquella esquina? Colores de colores… ¿te acuerdas? Y es que un beso me diste y no te acuerdas. Pues hoy, a plena luz nocturna, la he llenado de grises tonos, no existe desde ahora la esquina para mí. Y si te preguntas cómo lo pinté… a pura lágrima color ausencia. Es la ciudad y te voy a olvidar.
La noche se profundiza más. He escuchado el clamor del viento, se ha adherido a la piel de esta ciudad… aún así, nada me detendrá; te voy a olvidar.
Voy caminando hacia el parque y he visto tu rostro, tu mirada inquieta, tu mano y mi mano…
Me voy a sentar, cerraré los ojos y voy a respirar. Cuando los abra, la ciudad ya no tendrá tu rostro, tu mirada el viento se la llevará, mis manos olvidarán tu piel y el bullicio me despertará, me devolverá a la realidad. Es la ciudad y te voy a olvidar.
En medio de aquella escena nocturna, los árboles lloran sus hojas desteñidas, caen como cayó mi alma el día que me dejaste, como cayó mi corazón de tus manos, aquel día… Con cada lágrima de otoño marchito de hojas, mi memoria deshoja tu memoria.
Vi volar a lo lejos aquella noche que bailamos, mientras que a mis pies cayó miles de memorias secas de abrazos, palabras, promesas y heridas. Me levanté antes de que mis recuerdos me sepultaran la vida. Salí del parque y me dirigí al teatro. Es la ciudad y te voy a olvidar.
Recuerdo cuando paseábamos por la avenida que llega hasta el teatro, era en aquellas oportunidades cuando aprovechabas y me robabas un beso, yo tan solo podía devolverte un suspiro. ¿Te recuerdas cuando, en los días de lluvia, mojábamos en los charcos nuestro amor? Hoy iré secando cada uno con el calor de mi olvido, con la luz tristeza de tu ausencia. Es la ciudad y te voy a olvidar.
Cuando llegué al teatro, no pude más… ¡Me has hecho llorar! Cruel el olvido de tu piel y tu aroma; devastador borrarte de mi memoria. ¿Por qué fingiste amarme y luego irte? ¿Qué hice yo mal? O acaso ¿en exceso quise amarte?
La avenida del teatro se me antoja oscura, un poco borrosa… no, esas son mis lágrimas. Saco mi pañuelo, las seco y observo, aun se me antoja oscura. Recuerdo cuando venía contigo al teatro: escena a escena, movimiento en movimiento vimos y compartimos; reímos, lloramos, nos divertimos; incluso, recuerdo el día en que nos dormimos con aquella obra tan aburrida; mas nunca olvidaré aquella obra que no vi por estar unido a tus labios…
Voy a entrar al teatro, voy a quebrar aquellas escenas de nuestra vida obra y quemaré el guión de tu amor… cegaré la luz que te iluminó en cada movimiento, en cada beso, sonrisa y silencio, no sabrá nada de ti el teatro interno de mi corazón; es la ciudad y te voy a olvidar.


Cuando salí del teatro volví a ver aquella ciudad… Carros, luces, neones, tránsito, sonidos, música, anuncios, ventanas, luces dentro de las ventanas, sombras impidiendo las luces de las ventanas, ventanas clavadas en edificios, edificios clavados en las aceras y las aceras en las calles… en las calles hay autos, bailan y bailan sin cesar, uno tras otro, todo parece tan rápido… ¿Qué es esto? ¿Qué esto?

Es la ciudad y yo… ya te olvidé.